Qué es un irrigador dental o bucal

Ya vimos qué es un irrigador dental y los beneficios que aporta a la higiene bucal diaria, aún así no está demás recordarlo para ver después cómo se debe usar para hacerlo de forma adecuada.

Un irrigador dental o bucal es un aparato que ayuda a eliminar los restos de comida y la placa bacteriana que queda en los espacios interdentales, bajo la línea de las encías y otros espacios poco accesibles de la cavidad bucal. 

Estos dispositivos consiguen llegar a zonas a las que ni el cepillo, el hilo dental o los cepillos interproximales pueden penetrar. Debido a sus mecanismo, permite alcanzar una limpieza más profunda, por lo que se trata del elemento de higiene interproximal más completo que existe. 

Por su alta capacidad de limpieza son especialmente útiles en la higiene diaria de ortodoncias, implantes, puentes y coronas dentales. No obstante, es aconsejable usar el irrigador dental en todos los casos.

El irrigador dental no sustituye el cepillado dental, sino que debe de utilizarse como complemento. Tampoco sustituye las limpiezas profesionales en clínica, recomendadas una o dos veces al año.

En este otro artículo puedes conocer más sobre las características y beneficios del uso del irrigador dental.

Cómo usar el irrigador dental

Aunque el irrigador dental es sencillo de usar, es necesario seguir una serie de pasos para hacerlo de forma correcta. El mecanismo es similar en todos estos dispositivos, pero como sucede con cualquier aparato, es recomendable leer siempre el manual de instrucciones.

Recuerda que antes de usar el irrigador dental debes cepillarte bien los dientes como parte de tu rutina de higiene bucal diaria.

Comprueba que el irrigador tenga la batería cargada

En primer lugar comprueba que el irrigador tenga la batería cargada. Si acabas de comprarlo lo más posible es que no tenga carga o que ésta sea insuficiente.

Llena el depósito del irrigador dental

A continuación llena el depósito del irrigador con agua tibia del grifo. También puedes utilizar un colutorio o enjuague bucal en lugar de agua, o mezclar ambas sustancias. Coloca de nuevo el depósito en su sitio y asegurándote de que quede en su posición correcta. 

Elige la boquilla conveniente

Escoge la boquilla que mejor se adapte a tus dientes y necesidades particulares. La cantidad y tipo de boquillas que viene con el irrigador depende del modelo. Por eso, si necesitas algún tipo de boquilla especial es importante que te asegures de que va incluida antes de su compra.

Estos son en general los diferentes tipos de boquillas que encontrarás para usar tu irrigador dental:

• Normales o estándar: Este tipo de boquillas se utilizan para limpiar los dientes y sacar los restos de comida que el cepillado no consigue eliminar. También se usan para limpiar las bacterias de la línea de las encías.
• Periodontales: Diseñada para aplicar el chorro de agua directamente a la zona afectada con una punta de goma. Así se evita dañar zonas sensibles de la cavidad bucal. En algunos casos el irrigador también trae un tipo de boquilla especial para el cuidado de las encías después de los tratamientos periodontales. Estas permiten llegar mejor a las encías, bolsas periodontales y alrededor de los implantes.
• Eliminación de placa: Debido a sus mechones de cerdas permiten eliminar con suavidad la placa bacteriana alrededor de implantes, puentes o coronas. También puedes usarla aunque no tengas ninguno de estos tratamientos.
• Ortodoncia: Boquillas diseñadas especialmente para los aparatos de ortodoncia, ya que estos dificultan una limpieza profunda. Estas boquillas limpian entre los alambres metálicos de los brackets gracias a sus filamentos en la punta, ayudando a eliminar más placa y restos de comida entre el aparato y los dientes.
• Boquillas para la lengua: Limpian la lengua y eliminan las bacterias que se acumulan en ella.

Saca el aire del tubo del irrigador

Una vez realizados los pasos anteriores, y antes de usar el irrigador dental sobre tu boca, es importante su puesta a punto. Para ello saca el aire de los tubos del irrigador ajustando la presión al máximo, después apunta hacia el lavabo hasta que salga agua durante unos segundos. 

Regula la presión antes de usar el irrigador dental

En el primer uso del irrigador, ajusta la presión al mínimo para evitar posibles molestias. Después puedes ir cambiando la presión hasta ajustarla a tu comodidad y efectividad.

Aplicación del irrigador

Cierra la boca todo lo que puedas para no salpicar, pero ten en cuenta que el agua debe salir hacia fuera. Lo mejor es inclinarse hacia el lavabo para que caiga el agua sobre él. Coloca la punta de la boquilla sobre tus dientes y encías en un ángulo de 90 grados y comienza la limpieza. 

Técnica de limpieza

Es importante seguir un orden de limpieza al igual que se hace con el cepillado. Direcciona el chorro de agua siguiendo la línea de la encía, pasando por todos los dientes y entre los espacios interdentales. 

Puedes comenzar por los dientes posteriores e ir desplazando el irrigador hasta pasar la boquilla por todas las piezas dentales. Dispara el chorro durante dos segundos sobre cada diente y repite el proceso en cada pieza hasta completar la limpieza. 

La higiene con el irrigador dental suele durar unos dos minutos, haz una breve pausa cuando lo necesites.

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