Seguramente más de una vez has visto a alguien mordiéndose las uñas… o tal vez tú mismo lo haces sin darte cuenta. Puede parecer una simple manía, una costumbre nerviosa sin importancia. Pero la verdad es que detrás de ese pequeño gesto hay mucho más de lo que imaginamos. En el mundo de la odontología, la onicofagia —sí, ese es su nombre técnico— no es solo un mal hábito, sino una práctica que puede afectar seriamente tu salud bucal (¡y no solo tus uñas!).
En este artículo queremos contarte todo lo que necesitas saber sobre este hábito tan común y cómo puede influir en tu salud dental. Nuestro objetivo no es regañarte, sino ayudarte a entender el porqué, el cómo y el qué hacer si tú —o alguien cercano— vive con onicofagia. Aquí hablamos claro, sin rodeos , porque creemos que la mejor manera de cuidarte… es que tú también sepas cómo hacerlo.
¿Qué es exactamente la onicofagia?
La onicofagia es el nombre técnico para el hábito de morderse las uñas. Suele comenzar en la infancia o adolescencia, y muchas veces está relacionado con situaciones de estrés, ansiedad, aburrimiento o simplemente como una respuesta automática ante ciertas emociones. En otras palabras, no siempre se trata de una cuestión de “voluntad”, sino de una conducta repetitiva que puede tener un trasfondo psicológico.
Aunque se considera más común en adolescentes (algunos estudios sugieren que hasta el 30% lo hace en esa etapa), también se observa en adultos. Y si bien muchas personas creen que es algo inofensivo, desde el punto de vista odontológico, tiene implicaciones que vale la pena conocer.
Como dentistas, no solo nos fijamos en dientes alineados o caries visibles. Nuestra labor también incluye observar los hábitos que puedan estar afectando la salud de tu boca a largo plazo. Y la onicofagia, aunque no lo parezca a simple vista, tiene una lista considerable de consecuencias orales.
Estas son algunas de las más comunes:
1. Desgaste dental
Morderse las uñas constantemente provoca un contacto anómalo entre los dientes, especialmente los incisivos (los de adelante). Con el tiempo, este contacto repetitivo puede generar microfracturas o desgaste del esmalte, debilitando la estructura dental.
2. Problemas en la articulación temporomandibular (ATM)
El esfuerzo repetitivo y la tensión muscular al morder las uñas pueden sobrecargar la articulación que une la mandíbula al cráneo, causando dolores, chasquidos o incluso dificultades para abrir y cerrar la boca.
3. Lesiones en encías y tejidos blandos
Los bordes irregulares de las uñas pueden provocar pequeñas heridas en las encías, el paladar o incluso en la lengua, especialmente si se intenta morder los padrastros o se emplean los dientes para retirar piel de los dedos.
4. Mayor riesgo de infecciones
Las manos, y en especial las uñas, acumulan una enorme cantidad de bacterias. Al llevarlas constantemente a la boca, estamos introduciendo microorganismos directamente en el ambiente bucal, lo que puede favorecer infecciones, herpes labial o la aparición de aftas.
5. Impacto estético
Además de los problemas de salud, también hay un efecto visual. El desgaste de los dientes frontales puede alterar la estética de la sonrisa, y en algunos casos, llevar a tratamientos restaurativos que podrían haberse evitado.

Beneficios de dejar de morderse las uñas
Sabemos que abandonar un hábito no es fácil. Pero también sabemos que es totalmente posible. Y los beneficios de dejar atrás la onicofagia van mucho más allá de tener uñas bonitas. Aquí te dejamos algunas razones para motivarte:
- Mejor salud dental: Tus dientes recuperan su forma y se evita el desgaste prematuro.
- Menor riesgo de infecciones bucales y generales: Al no introducir bacterias desde las uñas, reduces la posibilidad de enfermedades tanto bucales como digestivas.
- Menos visitas a nuestra clínica por emergencias: Evitas fracturas, molestias articulares y tratamientos restaurativos innecesarios.
- Mejor estética de manos y sonrisa: Se nota, y mucho. Recuperas confianza y una imagen más saludable.
- Bienestar emocional: Superar una conducta repetitiva asociada al estrés puede reforzar tu autoestima y darte mayor control sobre tu cuerpo.
Consejos prácticos para dejar la onicofagia
Como en todo cambio de hábito, lo primero es querer hacerlo. Pero después, necesitas herramientas. Aquí van algunas estrategias que hemos visto funcionar con muchos pacientes:
1. Identifica el desencadenante
¿Muerdes las uñas cuando estás nervioso, aburrido o viendo la televisión? Detectar en qué momentos lo haces es clave para cambiar el patrón. Puedes anotar en una libreta o usar una app para registrar cuándo ocurre.
2. Mantén las uñas cortas y arregladas
Cuando las uñas están bien cuidadas, limadas y sin bordes irregulares, es menos probable que las muerdas. Algunos pacientes encuentran útil hacerse la manicura regularmente como forma de motivación.
3. Utiliza productos amargos
Existen esmaltes especiales con sabor desagradable que se aplican sobre las uñas. No son mágicos, pero pueden ser un buen recordatorio para evitar el impulso.
4. Sustituye el hábito
En lugar de llevarte los dedos a la boca, prueba con una alternativa menos dañina: un objeto antiestrés, una goma de mascar sin azúcar o incluso apretar una pelota de tensión. Lo importante es romper el ciclo.
5. Trabaja en la raíz del problema
Si la onicofagia está ligada a ansiedad, estrés o situaciones emocionales, considera la ayuda de un psicólogo. La salud bucal y la salud mental están más conectadas de lo que muchos creen.
6. Consultanos en Clínica Oris Dental
A veces se necesita un plan personalizado. Podemos evaluar el estado de tus dientes, identificar posibles daños y darte recomendaciones específicas. Incluso en algunos casos se puede usar una férula (similar a un protector dental) como ayuda para romper el hábito.
Conclusión
La onicofagia no es simplemente “morderse las uñas”. Es un hábito que puede tener múltiples repercusiones en tu salud oral y general. Entender por qué ocurre, conocer sus consecuencias y tener las herramientas para dejarlo atrás es el primer paso para mejorar no solo tu sonrisa, sino tu bienestar completo.
Si te has sentido identificado con este artículo, no te preocupes. Lo importante es que estás dando el primer paso: informarte. Y recuerda, en Clínica Oris Dental estamos para ayudarte en todo el proceso. Porque tu boca merece cuidado… y tú también.
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