Qué es una caries

La caries es el daño que afecta en la superficie o esmalte de los dientes provocando pequeños orificios o perforaciones. Esta afección se produce por los ácidos que origina la placa bacteriana. 

Afecta con mucha frecuencia a los niños, aunque es un trastorno muy común que puede aparecer en cualquier edad. Si la caries dental no se trata adecuadamente puede causar infección, dolor intenso y la pérdida del diente afectado.

En función de la zona donde se forme se puede clasificar en varios tipos:  

• Caries de corona: es la más frecuente, especialmente en los niños. Afecta a la parte superior del diente, por lo que resulta más fácil de identificar. 
• Caries radicular: se produce en la línea de las encías. 
• Caries interproximal o interdental: aparece entre los dientes y resulta más difícil de detectar. 
• Caries recurrentes o secundarias: se forman alrededor de los bordes de las coronas, fundas o empastes.

Causas y consecuencias de la caries dental

La caries se produce como consecuencia de una combinación de factores, principalmente por los ácidos que producen las bacterias, la placa bacteriana y una mala higiene dental. 

Las bacterias dañinas que provocan la caries convierten los alimentos en ácidos, especialmente los azúcares y almidones. Estos ácidos corroen los minerales del esmalte, lo que conduce a la aparición de caries. Por tanto el consumo de carbohidratos (azúcares y almidones) aumenta el riesgo de caries dental.

Las bacterias junto a los ácidos, la saliva y los restos de comida forman la placa bacteriana, una capa pegajosa que se adhiere a los dientes. Con el tiempo, la placa que no se elimina de los dientes se endurece y se convierte en sarro o cálculo. La placa bacteriana es la principal causa de la caries y de las enfermedades periodontales o de las encías, las dos enfermedades bucodentales de mayor prevalencia.

Al inicio del proceso de la caries puede aparecer una mancha blanca en la zona donde se han perdido minerales. Si no se detiene este proceso y se pierden más minerales, el esmalte se debilita y se destruye formando una caries. El orificio que se produce es un daño permanente que se repara con un relleno o empaste dental. 

Cuando la caries es muy grande puede afectar a los nervios o causar la fractura del diente, en ambos casos resulta muy dolorosa. Esta situación puede originar un absceso dental, es decir, una infección en el diente, si no se pone en tratamiento. La caries también puede llegar a destruir el interior del diente o pulpa, en cuyo caso puede ser necesario realizar una endodoncia o extraer la pieza.

Cómo detectar la caries dental: Síntomas y signos

Durante la fase inicial o etapas tempranas de una caries puede presentarse un dolor leve o incluso no sentir dolor. Esto hace que sea difícil detectarla cuando se comienza a formar. 

Sin embargo, según avanza la caries dental y aumenta su tamaño puede provocar diversos síntomas y signos que pueden variar también en función de su ubicación:

• Dolor de muelas o dientes repentino y sin causa aparente.
• Sensibilidad dental.  
• Dolor al comer o beber algo dulce, frío o caliente.
• Dolor al morder.
• Manchas o decoloración en los dientes.
• Una infección que puede causar la formación de un absceso o bolsa de pus.
• Orificios en los dientes. 
• Mal aliento.

Prevención de la caries

Para prevenir la caries es fundamental cuidar la salud dental mediante una correcta higiene y evitar los alimentos y bebidas azucarados o almidonados.

Cepíllate los dientes al menos dos veces al día después de la comida y utiliza un elemento de limpieza interdental como un cepillo interproximal o hilo dental. Los alimentos pegajosos son más dañinos ya que se adhieren sobre los dientes, por eso lo recomendable es cepillarse los dientes inmediatamente después de su ingesta. 

El uso de flúor durante la higiene dental es la mejor medida para prevenir la caries. Se puede aplicar mediante el cepillado con una pasta fluorada y/o utilizar un enjuague bucal con flúor. Tu odontólogo u odontopediatra te indicará la dosis recomendada en función de la edad. También puede recomendarte algún tratamiento periódico con flúor o cubetas a la medida para colocar sobre los dientes si lo considera necesario.

Beber agua del grifo con flúor es otra forma de obtener los beneficios de este principio activo. El agua embotellada por el contrario no suele contener flúor. 

Es conveniente no comer entre horas y evitar las bebidas y refrescos azucarados ya que generan un suministro continuo de ácidos en la boca. Y por supuesto, no comer o reducir el consumo de productos dulces que generalmente tanto suelen gustar a los niños.

Los selladores dentales también pueden ayudar a prevenir la aparición de caries. Se trata de un recubrimiento de protección que se aplica sobre la superficie de masticación de los molares. Con estos elementos se previene la acumulación de placa bacteriana en los surcos y las grietas de estas piezas, protegiendo así el esmalte de la placa y el ácido. Se recomienda el uso de selladores para los niños en edad escolar.

Visita con regularidad a tu odontólogo para realizar una limpieza profesional y asegurarte de mantener en buen estado tu salud bucodental.

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