Qué son los selladores dentales y para qué sirven

Los selladores dentales son un recubrimiento que se coloca en los dientes permanentes posteriores, es decir, molares y premolares, con el fin de ayudar a protegerlos y evitar la caries. 

Se aplican en la cara oclusal de las piezas, sobre los surcos de las superficies de masticación. Es la zona donde más restos de comida y gérmenes se acumulan, ya que el cepillado no consigue eliminarlos por completo. 

De modo que los selladores dentales rellenan las fisuras de los dientes susceptibles de desarrollar caries dental. Actúan como una barrera protectora para que no se introduzca la comida entre las piezas y evitar el acceso de bacterias y azúcares. Con su uso disminuye la formación de placa bacteriana y resulta más sencillo y efectivo el mantenimiento de la higiene dental.

Aunque los selladores se utilizan generalmente en las piezas posteriores, también pueden colocarse en otras zonas con tendencia a acumular placa bacteriana. 

Pueden utilizarse en dientes sanos de modo preventivo y en cuanto se detecta el inicio de una lesión de caries.

Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, no necesita anestesia ni eliminar tejidos dentarios. Por tanto, el proceso es sencillo y no duele. Consiste en la aplicación del sellador en los surcos del diente, después se proyecta una luz especial sobre el sellador para secarlo y endurecerlo para formar un recubrimiento protector.

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Cuándo y por qué se recomienda la aplicación de selladores dentales

En las superficies oclusales de los molares y premolares existen zonas irregulares de difícil acceso. Los surcos, fosas y fisuras de estas piezas las hacen más vulnerables, ya que son demasiado estrechas como para conseguir una higiene adecuada. Ni el cepillo ni el hilo dental logran alcanzar la zona. 

Estas irregularidades son pequeños espacios que resultan el lugar propicio para la colonización bacteriana. De modo que la acumulación de la placa y el ácido de la placa bacteriana atacan al esmalte y facilitan la formación de caries.

Los selladores dentales están indicados para colocarse en los surcos, fosas y fisuras de los dientes. Son una medida preventiva que proporciona protección en las áreas fisuradas y sin hueso. Cubren las irregularidades, por lo que disminuye la retención de placa bacteriana, dejando una superficie lisa que facilita su limpieza.

Los niños tienen mayor riesgo de padecer caries en los molares. De hecho, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los pequeños de entre 6 y 11 años sin selladores dentales tienen casi tres veces más caries en el primer molar que los niños que sí tienen selladores. 

Es necesario tener presente que las caries sin tratar pueden causar infección, dolor y problemas para comer y hablar. Por eso, lo recomendable es colocar el sellador poco después de la aparición de los molares permanentes para protegerlos de las caries.

Los selladores dentales también pueden colocarse en adultos que no tengan caries ni deterioro en los molares.

La aplicación de selladores está contraindicada cuando existe una lesión cariosa en la superficie oclusal o en cualquier otra superficie del diente. Es decir, que su uso está indicado en fosas profundas y sanas, y en pacientes con un alto riesgo de caries. 

Beneficios de los selladores dentales

Como has visto, el principal beneficio de los selladores dentales es que son una barrera preventiva contra la formación de caries. El recubrimiento de las irregularidades de las piezas evita que se desarrolle la enfermedad por la acumulación de bacterias y ácidos.

Al rellenar los surcos y fisuras de los dientes con los selladores se protege la superficie oclusal, evitando que se introduzcan restos de alimentos y bacterias y facilitando la higiene de la zona.

Se utilizan como medida preventiva cuando erupcionan los molares permanentes de los niños, ya que son más susceptibles de padecer caries. Pero también se aplican a pacientes adultos con alto riesgo de desarrollar caries por tener surcos o fisuras dentales. 

Este procedimiento también beneficia en los casos de pacientes a los que se detecta la caries en su fase inicial. Cuando la enfermedad ha comenzado y no existe pérdida de tejido dentario los selladores dentales sirven para frenar su avance.

Además se trata de una técnica indolora y los selladores se mantienen durante varios años con el cuidado y las revisiones periódicas de tu dentista.

En definitiva, el uso de selladores conlleva importantes beneficios:     

• Impiden que la comida, los ácidos y la placa penetren en los surcos de los molares y premolares.
• Previenen el deterioro y la aparición de caries.
• Evitan las molestias producidas por la caries y su tratamiento.

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